Aprovechando que áun quedan días de verano, hoy encaminamos nuestros pasos hacia el Cabo de Gata, un paraje único -protegido desde 1987- y declarado parque Natural Marítimo- Terrestre.
Su geología volcánica junto a la costa y su matiz semiárido hacen que sea un ecosistema único con vegetación y flora singular, en muchos casos endémica. Su fauna esteparia, su literal abrupto salpicado de bellas calas, su patrimonio arqueológico, etnográfico y antropológico hacen de este espacio un marco incomparable.
La ruta de hoy parte de El Corralete, un bello rincón situado entre la Punta de Testa y el faro de Cabo de Gata. Nos dirigimos hacia el faro de Cabo de Gata, lugar antiguamente conocido como “Morrón del Corralete”, allí estuvo ubicado el castillo de San Francisco de Paula, con el propósito de impedir el uso de este fondeadero por los piratas.
Nos encontramos ya en el finisterre más suroriental de la Península. Después del Faro hay que continuar el recorrido hasta llegar a Punta Génova y de allí a Cala Rajá. Desde esa cala habrá que retornar hasta El Corralete.
La distancia total de la excursión es de seis kilómetros por lo que se estima que tardemos en realizarla una hora y veinte minutos. La dificulad es baja solo hay que salvar un desnivel de 45 metros y el tipo de marcha es circular.
Es recomendable bajar a las calas. Desde Cala Rajá se puede subir a la Vela Blanca, aunque también se puede subir en coche hasta la torre de la Vela Blanca y ver unas impresionantes panorámicas del Parque.
Más información en “El Cabo de Gata. Guía del Parque Natural” de Agustín García, Eugenio García y Víctor Aranda.
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