La ruta que proponemos hoy requiere estar en plena forma física y ser un experto en montañismo. Nos dirigimos a Laguillín de Salce. Contextualizamos: justo en el límite con el municipio de Luna, se esconde la segunda laguna más grande de Omaña.
El paisaje de su entorno es muy cambiante, pasa de las peñas negras de cuarcita de la Sierra de la Filera al blanco de la caliza y luego al granate de la arenisca roja, todo ello sin ningún tipo de transición. Una vez pasada la laguna se ascienden dos cimas de dos mil metros para regresar a Salce por el largo valle que lleva de este pueblo al Alto de la Cañada.
La distancia total es de 20 kilómetros aproximadamente y se estima que la ruta pueda durar unas 5 horas y cuarto. El itinerario de la marcha es circular. Como decíamos antes, la dificultad es alta, por la combinación de desnivel y longitud (950 metros de desnivel).
La orientación es fácil, salvo en el tramo de descenso a El Valle que está un poco cerrado por el matorral. El camino es bueno hasta el Laguillín. No hay sendero después, pero el terreno está bastante despejado. Cuando descendamos al valle principal tomaremos una pista de más de 6 kilómetros que nos lleva de vuelta a Salce.
Recomendamos realizar esta ruta de mayo a octubre, aunque el Laguillín puede secarse durante el verano porque es muy superficial. Aconsejamos llevar agua potable, en el pueblo hay una fuente en la calle principal, luego hay otra en Campolamoso y dos excelentes en la cabaña antes del Laguillín, pero después no hay más.
Más información en Montañas de León II, de Alberto Álvarez Ruiz.
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