La Mujer Muerta es una de esas montañas que aguardan bellas leyendas sobre su origen y su historia. Son conocidas por este nombre porque son una serie de cumbres redondeadas que parecen, desde la meseta segoviana, el perfil de una mujer yacente.
Cuenta la leyenda que en tiempos remotos había un jefe de un pueblo cercano que era respetado y admirado por toda su gente. Cuando murió, el liderazgo fue disputado por dos hijos gemelos. La madre, previendo la lucha fraticida, ofreció a Dios su vida a cambio de que sus dos hijos sobrevivieran.
Parece que cuando se disponían a luchar comenzó un viento fuerte que desató una tormenta cubriendo el suelo de nieve y hielo. El temporal duró varios días y cuando terminó, los hermanos se dieron cuenta de que su madre había desaparecido y había surgido una nueva montaña en lo que antes era una llanura.
Dice la sabiduría popular que todas las tardes dos nubes se acercan a la montaña como queriéndola besar. Con esta bella historia partiremos hacia las principales cumbres que conforman la Mujer Muerta: la Pinareja (2193 m), la Peña del Oso (2196 m) y el Pico del Pasapán (2001 m).
La distancia total de la ruta es de 16 kilómetros (circular) y se estima que la duración sea de unas seis horas. El tipo de ruta es circular y la dificultad estimada es de media- alta, ya que a la longitud se unen las dificultades de progresión en terreno de alta montaña y que hay un desnivel de 900 metros.
Sugerimos que se puede acceder a la Mujer Muerta desde el puerto de Navacerrada por el camino Schmid, puerto de la Fuenfría y collado Minguete hasta llegar al collado de Tirobarra. Desde el puerto de Pasapán se puede bajar hasta la estación de tren de Ortigosa del Monte o la de la Losa, si lo deseamos. El itinerario planteado es bastante ambicioso y su duración puede alargarse en función de la marcha o de las inclemencias meteorológicas por lo que recomendamos ir holgados de tiempo y de agua.
Más información en Sierras, hoces y pinares de Segovia de Miguel A. Díaz y J. Alberto López
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